Los gases emitidos por las actividades humanas se combinan en las interacciones atmosféricas y se convierten en ácidos (nítrico, sulfúrico), fácilmente solubles en agua, que se incorporan a las nubes. Sus gotas, acidificadas, caen a la superficie terrestre formando la Lluvia Ácida.
La Lluvia Ácida afecta a las aguas de los lagos, ríos y mares, los bosques y los campos y, al penetrar en el suelo, afecta a las napas y contamina el agua subterránea, disminuyendo su calidad. En caso extremo, el agua se convierte en no apta para el consumo humano y animal e inconveniente para el riego.
Los daños en la flora se manifiestan en perdida de vigor, dificultades de crecimiento y, a mediano y largo plazo, en la muerte de especie vegetales y de los animales que se nutren en ellas.
Las precipitaciones acidificadas no afectan solamente a los procesos químicos del suelo; también corroen objeto al aire libre. Edificios y monumentos históricos presentan signos visibles de deterioro causando por la lluvia acida y el smog urbano.
BRUMA URBANA (SMOG)
La radiación solar actúa sobre las emisiones de gases producidas por la actividad humana (especialmente el oxido nitroso e hidrocarburos de los escapes de los vehículos).
De esta acción solar se desprende una mezcla de gases que forma verdaderas nubes de humo suspendidas sobre ciudades y que por acción del viento llega a zonas rurales.
El smog causa irritación a los ojos, dificultades respiratorias, daños a los arboles y las cosechas.
En este ultimo caso, se agrega al smog llevado por el viento, la bruma fotoquímica producida por el uso intensivo de maquinaria impulsada por motores que consumen carburantes fósiles.
Los efectos del smog sobre la salud humana se extienden principalmente en las grandes urbes.
En Tokio, Japón, se han producido desmayos de niños en un gimnasio, por daños en las vías respiratorias.
La ciudad de México esta cubierta por una atmosfera permanentemente grisácea. Un fenómeno similar afecta a Santiago, Los Ángeles, en Estados Unidos.
Muchas de estas ciudades han tomado medidas para distribuir la circulación de automóviles en días pares e impares, para reducir el efecto del smog.
Una noticia inquietante, como presagio del futuro, es la instalación en Tokio de una estación de abastecimiento de oxigeno para asistir a personas afectadas en el sistema respiratorio.